domingo, 2 de marzo de 2008

Mas Humor..

NIÑO CURIOSO (Humor escosista)

En un concurrido entierro de un Masón muy conocido, en el que se llevaba a cabo en el cemen­terio el Ceremonial de Honras Fúnebres Masónicas, los Masones asistentes se hallaban decorados con Mandiles de duelo del 3° Grado. Mientras tanto, un niño de 8 años de edad se resistía a abandonar el lugar como quería su madre, llamando la atención de todos. Gritaba con insis­tencia:

-"Mamá!' Suéltame!!! ¿no ves que van a enterrar a un pirata?".



PRINCIPIO CREADOR

En una Logia se iniciaba un nuevo Masón. El Venerable Maestro le indica al 2do Diacono indagar acerca de si el candidato creía en un Principio Creador, a lo cual éste contestó después de cumpli r su cometido:

-Venerable Maestro, el candidato afirma que no cree.

-Volvedle a preguntar, Q:. H:. Experto. Insistió el Venerable Maestro.

-(después de entrar y salir) Venerable Maestro, que
no cree.

-Q.·. H.·. 2do Diacono, (abriéndole los ojos) le ruego indague bien.

-(Después de volver a entrar y salir) Venerable Maes­tro, el candidato definitivamente no cree.

Entonces el Venerable Maestro llama al Diacono a su lado, y luego de explicarle al oído la situación, la calidad de los invitados y los preparativos de la masticación, le solicita que solucione el problema de la mejor manera posible.

El Experto abandona nuevamente el Taller y al rato vuelve y anuncia muy orgulloso en voz alta:

-¡Venerable Maestro, el candidato ya cree!

¡¡QUIÉN VA!!

Sucedió en una Ceremonia de Iniciación en la que se inciaba el sobrino del Seg:. Vig:. de la Logia:

Seg:. Vig:. -i¡ A quién tenéis ahí!!
Candidato: -!!A mi Tío!!

FRATERNIDAD

Un médico y un plomero estaban en la misma Logia.
El domingo por la mañana, el médico se despertó con su baño tapado, así que llamó al plomero, el cual le contestó: «pero yo no trabajo los domingos ¿No podría esperar hasta mañana?»
El doctor le dijo: «Tampoco me gusta trabajar los domingos, pero si tú estuvieras en problemas y te sintie­ras mal, Hermano, yo acudiria prestamente a ayudar­te» .

«OK», dijo el plomero y acudió de inmediato donde el médico, subió las grad as y observó el baño... tomó dos aspirinas de su bolsillo y las tiró al inodoro. «Ahí está, dijo, si no mejora para mañana llámeme otra vez y acudiré de inmediato.»

SIGILO

Un hombre estaba caminando por el parque de su zona cuando se percató que en la cancha vecina había una furiosa pelea.

-¿Qué está pasando?, preguntó a un espectador que miraba desde las graderías.
-Es un partido entre dos Grandes Logias.
-Ahh ... dijo el hombre. ¿Y en cuánto va el marcador?
-No sé, le dijo el otro, es un secreto que los jugadores han jurado guardar.

ESTUDIO

Un viejo Masón, mientras visitaba en su casa a un Hermano recién iniciado, su esposa lo llevó a un lado y le explicó que su esposo había comenzado a comportar­se de una manera extraña desde su incorporación a la Orden.

«Se encierra en el baño por horas y termina murmu­rando a sol as con su librito azul», fue la explicación.
Cuando caía la tarde, en la Logia le preguntó cómo iba todo. «Ah, bien», contestó.
Le preguntó entonces acerca de su comportamiento y si había algo de qué preocuparse. «No», respondió. Y entonces: ¿por qué leer ahí el libro azul? «Es que es la única habitación que tengo con el piso a cuadros .. » res­pondió.

A LAS PUERTAS DEL CIELO

Un cansado anciano Masón, cuyo cabello ya estaba gris, llegó a las puertas del cielo cierto día.
Cuando le preguntaron qué era lo que más había hecho en la tierra. Respondió que su papel era ofrecer los brindis de la Logia a la que pertenecía.

San Pedro le dijo entonces. Mientras sacudía la cam­pana, «pasa y entra, Hermano, ya has tenido suficiente infierno...»


ARREOS

Juan y Miguel eran dos Masones de los que gustan de tener sus propias decoraciones y no depender de los de su Lo­gia. En una ocasión, al colocarselas para una Te­nida de su Logia, a Juan se le salió de su caja un par de medias de seda femenina. Miguel extrañado observó:

-Me pregunto, Juan, ¿qué hacen aquí esas cosas?...

Juan dio una mirada y susurró:

-Recuerdas la Tenida Blanca del año pasado? Miguel respondió afirmativamente y Juan continuó: -No se lo digas a nadie, pero al regresar a casa me detuve en un barcito en donde conocí una bella dama. Parece ser que ella olvidó sus medias en el carro y mi esposa las encontró. Le dije que era p orque había subi­do a un Grado superior en la Masonería, así que desde entonces ella siempre me las guarda en mi caja junto con mis guantes.









VM una hermana pide ingresar al templo...





¡Bienvenida a los HH aprendices!














¿Qué edad teneís?










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