lunes, 7 de febrero de 2011
FUNDACION DE LA CIUDAD DE SANTA CRUZ DE LA SIERRA Miércoles 26 febrero 1.561
Hago eco de las palabras escritas por un gran ciudadano orgulloso de vivir “bajo el cielo más puro de América”, desde la distancia hoy y siempre me emociono al recordarte “mi viejo Santa Cruz.”
Miércoles de cenizas. 26 de febrero del de 1561. El cura que hace tiempo acompaña a Ñuflo de Chaves, dice al amanecer la primera misa en tierra de los chiquitanos, una misa "seca" porque el vino se ha corrompido. Don Ñuflo ha vestido sus mejores galas de conquistador: la armadura el yelmo y la espada lucen brillantes. Montó en su caballo, sosteniendo en lo alto el pendón de Castilla y recorrió todo el espacio abierto de norte a sur, de este a oeste, una y otra vez, al grito de Castilla, Castilla. Se dirigió al centro de lo que iba a ser la plaza de armas, bajó del caballo y desenvainó su espada. Mientras tanto, todos sus hombres se han situado en torno suyo; además, está presente un buen número de lugareños que miraban atónitos la escena.
Con la espada al aire don Ñuflo hizo ademán de atacar a un enemigo invisible que lo asecha por todas partes. Luego corta algunas ramas de los árboles y algunas hierbas. En ese momento un indio chiquitano le acercó una tutuma con agua del Sutó que el fundador bebió con gusto y dejó caer agua sobre su pecho; después de saciar la sed echó a los cuatro vientos el agua que quedaba. Mientras tanto el escribano Francisco Gallego se había acomodado en el centro de la plaza desde donde tomaba nota de todo lo que estaba aconteciendo. También en el centro de la plaza se había levantado el tronco de justicia. Hacia él se dirigió don Ñuflo; desenvainó el puñal que llevaba en el cinto y le hizo unas cuantas incisiones. Terminado este ceremonial, que debió dejar exhausto al fundador, se dirigió hacia el escribano y le pidió que dé testimonio "en nombre de Dios Todopoderoso, del Rey don Felipe II, nuestro señor, y de don García Hurtado de Mendoza, se funda la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el día 26 de febrero de 1561". Eran noventa los primeros pobladores de la nueva ciudad; todos estos nombres fueron consignados por el escribano. Entre ellos, de acuerdo a lo establecido, se nombraron en ese momento las autoridades de la ciudad, a las que don Ñuflo tomó juramento.
La fundación de Santa Cruz de la Sierra tiene una importancia capital, pues marca el inicio de lo cruceño, de la cruceñidad. Me explico para que quede bien claro y no haya dudas al respecto. Cuando digo que el 26 de febrero de 1561 marca el inicio de la cruceñidad, no estoy negando la existencia de los pueblos nativos que vivían en esta llanura con su cultura, su historia, sus tradiciones; tampoco estoy negando la historia de los conquistadores españoles anterior a esa fecha. Lo que estoy queriendo significar es que a partir de ese momento ya no es la historia de los pueblos indígenas ni la de los conquistadores españoles, sino la de los cruceños, un pueblo mestizo que surge del mestizaje biológico y cultural.
No se trata -como muchos colegas historiadores o aficionados a la historia afirman- de una posición excluyente o incluso racista. En todos los trabajos de investigación histórica que he realizado, hace ya más de 40 años, jamás he excluido a la población indígena. Es más, creo que en cierta forma he sido pionero en este sentido, pues siempre los he incluido como parte fundamental del proceso; además siempre he creído que la singularidad y la fuerza que tenemos los americanos en general y los cruceños en particular es nuestra mesticidad, así hubiera sido fruto de una violación.
Hoy, a casi 450 años en el que don Ñuflo "plantó el signo de la redención" se hace necesario que los cruceños recordemos que el hecho que la fundación se hubiera hecho en el corazón mismo de Sudamérica no es una mera casualidad, pues el capitán Chaves tenía conciencia clara de lo que estaba haciendo. Así lo vio un grupo de intelectuales chilenos, de la Universidad de Valparaíso, que bautizó a nuestra ciudad, por su situación dentro del subcontinente, como capital poética de América. Nuestra ciudad es, por tanto, el centro y en eso debemos poner todo nuestro esfuerzo, en ser centro; los cruceños debemos decir basta: no queremos ser periferia, queremos ser centro.
Por el SR. ALCIDES PAREJAS MORENO