SOLSTICIO DE INVIERNO
Me corresponde esta noche, por mandato de mi segundo vigilante, referirme a los que en la orden entendemos como una auténtica fiesta, no en el sentido profano si no en el espiritual.
Desde el comienzo de la civilización, los pueblos más evolucionados estudiaban la bóveda celeste con el objeto de explicarse, de alguna manera los fenómenos que presentaba y la constante periodicidad que podían observarse en la variada gama de cuerpos luminosos; también muchos hermanos, con amplios conocimientos masónicos y astronómicos han profundizado estos temas. Yo solo pretendo trasmitir lo poco que estoy aprendiendo de tan hermosa alegoría
La Masonería celebra anualmente dos fiestas tradicionales y de alto valor simbólico que son el SOLSTICIO DE INVIERNO también llamado SAN JUAN DE INVIERNO o SAN JUAN BAUTISTA y el SOLSTICIO DE VERANO también llamado SAN JUAN EVANGELISTA.
Según el diccionario de la Real Academia Española Solsticio “es la época en que el sol se halla en uno de los dos trópicos, lo cual sucede del 21 al 22 de Junio para el trópico de Cáncer, y del 21 al 22 de Diciembre para el trópico de Capricornio.”
En el Solsticio de invierno, en el hemisferio Norte, el día es menor y la noche la mayor del año y en el hemisferio Sur todo lo contrario.
En el solsticio de verano, en el hemisferio Norte el día es mayor y la noche. la menor del año y en el hemisferio Sur todo lo contrario.
El Solsticio considerado como fenómeno astronómico es el aparente estacionamiento del sol durante tres días, al llegar a uno de los trópicos celestes y retornar al trópico opuesto.
El Solsticio de Invierno en el Periodo en que el sol se halla en uno de los trópicos, es decir cuando sus rayos caen perpendicularmente al paralelo más lejano de los viajes que la distancia de la línea ecuatorial. Desde ese momento regresan los rayos solares para ir al paralelo opuesto del otro hemisferio, este viaje demora alrededor de 180 días.
Para nosotros los masones estos acontecimientos Solsticiales, tienen importantes significados simbólicos:
Primero.‑ Los Solsticios nos enseñan a tener una mejor compresión de la naturaleza, sus misterios y los progresos del hombre.
En el Solsticio de Invierno, la naturaleza nos priva, del sol, del calor, debido al alejamiento del sol, de los rayos solares, esta época es fría, desolada y triste, los árboles están desprovistos de hojas y flores, todo se aprecia oscuro, parece inanimado, sin vida. Esta oscuridad es como los momentos de recogimiento y nerviosismo, que me hace recordar los momentos cuando me encontraba en el cuarto de reflexiones, como profano que para nosotros significa morir para el mundo profano y renacer para el mundo Masónico.
Si apreciamos con un espíritu literario filosófico podemos observar que la naturaleza con el alejamiento de los rayos solares PARECE muerta, árboles aparentemente secos, insectos aparentemente en exterminio. Aparentemente el invierno se torna en un paño negro de dolor y muerte. PERO NO ES ASÍ. En este período la naturaleza se cobija silenciosamente. La semilla puesta por la mano del hombre ante la llegada del invierno, se une en fraterno gestar con la madre tierra. El árbol desnudo levanta la savia que ha de reventar en brotes, frutos cuando llegue su hora. Las lluvias devuelven generosamente a la tierra sus tesoros que le había arrebatado, el hombre continua su progreso, madura sus planes, acumula energía y traza nobles proyectos.
La vida late culta en la entraña misma de la tierra.
El invierno no es muerte, ni descanso es el bullir sordo de expresivas actividades y de bella preparación.
La Masonería al celebrar el Solsticio de Invierno, abarca a la naturaleza positiva, enseñándonos, invitándonos a que veamos sus misterios que aun mantiene y que el ser humano lentamente va desentrañando y cada uno de nosotros vamos aprendiendo cada secreto que tiene nuestra orden.
Segundo.- Los Solsticios nos enseñan a comprender mejor y con tolerancia a nuestros hermanos que están en error.
Los Solsticios se encuentran representados en las dos columnas situadas en el Occidente del Templo, luego de las puertas del taller. Los Solsticios son los puntos más marcados de la diferencia que ofrece la tierra en dos épocas; en el lenguaje Masónico es la puerta de las estaciones inicio o comienzo, donde iniciamos la marcha.
Cuando nos encontramos entre columnas se nos formula un llamado a la conciencia, diciéndonos que debemos ser modestos, ser solidarios, se nos inculca que nuestro deber es ayudar al hermano que sufre y que debemos elevarlo de su posición de error a una posición positiva. Esto significa que de su posición de error que puede representarse como el punto de mayor oscuridad, de invierno, viene el de claridad, el de verano. Esta es la interpretación Masónica de los Solsticios.
Esto podríamos describirlo cuando un hermano nuestro incurre en un error, ¿Cómo debemos reaccionar? Pienso que debemos invitarlo a que se rectifique, debemos darle asistencia, apoyo, ayudarlo hasta sacarlo del error.
Tercero.‑ El ciclo Solsticial también nos enseña a proyectarnos en pensamiento, sentimiento y acción.
La Masonería al sustentar su existencia sobre la base de la fraternidad propicia el desarrollo integral del ser humano.
El hombre Masón debe darle a lo intelectual, sin descuidar lo afectivo y la práctica material, por eso en la docencia Masónica nos enseñan el desarrollo equilibrado de pensamiento, sentimiento y acción en forma armónica y por lo tanto ser buenos hijos, buenos padres, buenos ciudadanos, buenos hermanos para gloria del G. A. D. U.
Cuarto.‑ Los Solsticios nos enseñan a tener una mejor compresión del mundo que nos rodea.
La Masonería desde sus inicios a dado una gran importancia a nuestra ubicación en el universo y su relación con el progreso de la humanidad.
Es nuestro deber como Masones encontrar la vía que conduzca a asegurar la paz y la tranquilidad de todos los habitantes del planeta y resguardar la preservación de la naturaleza y de sus elementos. El invierno Solsticial que estamos viviendo en el mundo, donde parece que está contra la naturaleza, contaminando el aire que respirarnos, contaminando el agua del mar destruyéndolo, es por eso que a pesar de los avances de la ciencia, del progreso material del universo, la vida humana tiene un sentimiento de inseguridad.
Roguemos al G. A. D. U. que estos adormecimientos Solsticiales y los afanes destructores y devastadores del hombre de hoy, sean transitorios que sólo sea un recapacitar, meditar y corregir, y pronto veamos un despertar renovador de la vida.
Por el H:. "MARCOS ALAMO PAREDES"
viernes, 21 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
Una década al frente del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Ronald Armbrust 33 °, Soberano Gran Comendador del Supremo
Consejo (Madre del Mundo) de la Jurisdicción Sur de los Estados Unidos una
década al frente del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Ronald Armbrust Seale 33 ° se instaló
Gran Comendador, el 7 de octubre de 2003, este año el cumplimiento de una
década desde que ocupa la función más importante del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado. Fue Teniente Gran Comendador C. Fred Kleinknecht de que para
ello tenga instaladas en el "Executive Session", de 7 de octubre de
2003.
Ronny Seale (nacido el 24 de junio
1948) se graduó de la Universidad Estatal de Louisiana en 1970.Actualul líder
REAA de Washington es un miembro de la Primera Iglesia Metodista Unida en Baton
Rouge, donde trabajó durante más de 30 años como profesor de los jóvenes y los
adultos de la "Escuela Dominical".
Masonic Travelers ha comenzado en
1962. Se convirtió en un Maestro Masón en 1969 en East Gate Lodge N º. 452
en Baton Rouge. Fue elegido Respetable Gran Logia de la misma en 1988 y se
convirtió en miembro de la Ley y la jurisprudencia de la Gran Logia de
Louisiana.
En 1977 fue nombrado y decorado
Caballero Comandante de la Corte de Honor, y en 1993 fue coronado Soberano Gran
Inspector General del Consejo Supremo de Honor Jurisdicción Sur de los Estados
Unidos de América.
FUENTE
lunes, 3 de junio de 2013
Exposición en el Ermitage desvela secretos de los masones rusos
29 de mayo de 2013
En la Sala del Piquete del Palacio de Invierno de San Petersburgo se ha
inaugurado una exposición que lleva por título ´La sabiduría de Astrea.
Masonería del siglo XVIII al primer tercio del siglo XIX. Objetos de la
colección del Ermitage´. En la muestra se exhiben cerca de 400 piezas entre las
que figuran auténticos objetos rituales masónicos.
La muestra exhibe objetos del siglo XVIII y XIX.
Fuente: Kommersant
En Rusia, la masonería existe oficialmente
desde la década de 1730. Más tarde, a finales del siglo XVIII, fue prohibida
por la emperatriz Catalina II la Grande hasta que volvió a estar permitida
durante el reinado de su hijo Pablo I.
Por lo menos tres emperadores rusos fueron masones
aunque, a decir verdad, no hay datos oficiales sobre este particular
confirmados por documentos. A fin de cuentas, un zar ruso, ungido por Dios, no
podía ser masón abiertamente.
En la actualidad, el masón Andréi Bogdánov,
presidente de un pequeño partido democrático de Rusia, Gran Maestre y venerable
hermano, llegó a presentar su candidatura en las elecciones presidenciales y
obtuvo un 1,3% de los votos.
La extraña tradición masónica ha continuado en
Rusia después de la larga interrupción que se produjo durante la Unión
Soviética (aunque, dicho sea de paso, algunos investigadores que no se
caracterizan por ser especialmente obsesivos ni estrafalarios consideran que el
mismo poder soviético era la encarnación de la masonería).
La exposición del Ermitage está compuesta
aproximadamente por cuatrocientos objetos: delantales, martillos, brújulas,
libros, imágenes, estrellas, ojos, guantes, espadas. Todos los objetos que
resultan imprescindibles para realizar un ritual masónico.
La exposición no ahonda en explicaciones acerca de
por qué era necesario que todo se desarrollara tras las puertas cerradas de las
logias masónicas ni tampoco en las razones que llevaban a las personas a
ingresar en este grupo, pero ofrece datos sobre personalidades que participaron
en esta institución.
Se sabe que fueron masones activos Pedro III,
Catalina II y Alejandro I. Formaron parte de la institución representantes de
la elite militar como, por ejemplo, los grandes comandantes de las guerras
napoleónicas Alexander Suvórov y Mijaíl Kutuzov.
Las principales ideas de las logias y de las
sociedades secretas estaban relacionadas con la filosofía de la ilustración y
la práctica de la filantropía. Su objetivo principal era hacer que regresara el
¨Siglo de oro de la diosa Astrea¨, el siglo de la justicia universal y de la
legalidad. La exposición, sin embargo, no explica cómo apareció la masonería en
Rusia.
A finales del siglo XVII, Pedro I visitó el paraíso
de la masonería, Ámsterdam, donde se encontró con sir Christopher Wren e Isaac
Newton, famosos masones de la época, y es probable que fuera iniciado en
algunos misterios, o tal vez no.
En algunos detalles arquitectónicos de aquella
época y en algunos objetos como, por ejemplo, la medalla fúnebre del emperador
Pedro I, se pueden distinguir símbolos masónicos, aunque algunos de ellos quizá
sólo sean un tributo a la moda.
“El historiador no
sabe la verdad”
Los masones se dedicaban a obras de caridad y
orquestaban complots. La mitad de los generales de las guerras napoleónicas
eran masones y casi todos los conspiradores importantes y los organizadores de
la insurrección de los Decembristas en 1825 también eran miembros de
esta institución.
No se puede decir que la historia de la masonería
rusa acabara con la derrota de los Decembristas, pero sí llegó a su fin su
periodo más heroico. Perduran los símbolos, los objetos misteriosos, los textos
no menos enigmáticos, las alusiones, los jeroglíficos y un sinfín de leyendas y
de especulaciones.
El Ermitage ha optado por no poner en claro muchas
de estas cosas. Lamentablemente, seguirán siendo un enigma. Aunque quizá sea lo
más honesto: tratar de comprender esta amalgama de cuentos, verdad y
mistificación en el marco de una exposición probablemente sea una tarea
imposible.
La exposición permanecerá abierta al público hasta el 1 de septiembre de
2013.