Se casó con Isabel
Cristina, hija de Fernando Alberto II de Brunswick, en 1733, lo que le valió
volver a ser príncipe heredero. En 1739,
publicó su obra Anti-Maquiavelo, en la que condenaba a Maquiaveloy abogaba por una mayor exigencia
moral para los gobernantes. Se retiró durante siete años a Rheinsberg, donde estudió filosofía e historia
y mantuvo correspondencia con filósofos, entre ellos Voltaire. A este último le envió en 1740 un
poema sobre el orgasmo para
mostrarle que un prusiano podía tener
sentimientos tan intensos como los de un europeo del sur.1
Reinado
Durante
su largo reinado (1740–1786) se convirtió en exponente del despotismo ilustrado,
introduciendo algunas reformas inspiradas en esta corriente. Impulsó la
codificación del Derecho prusiano, según el principio de que la ley debía
proteger a los más débiles: abolición de la tortura, independencia judicial. Fomentó
la colonización a
base de inmigrantes procedentes de las zonas más despobladas y atrasadas del
reino. Practicó el proteccionismo aduanero para su industria. En sus campañas
militares, destacó por su gran capacidad y visión, táctica y estratégica, tanto
que es considerado como uno de los mayores genios militares de toda la
Historia, siendo comparado con Alejandro Magno, Julio César o Napoleón (quien se inspiró en Federico II
en sus campañas militares).
Relaciones internacionales y campañas militares
Las
acciones de Federico II contribuyeron a la expansión territorial de Prusia,
permitiendo hacer de ésta una gran potencia europea, capaz de disputarle la
primacía a Austria dentro del Sacro
Imperio Romano Germánico. Aprovechó las dificultades de María Teresa I para afirmarse en el trono
austríaco y se anexionó Silesia a costa de
la Casa de Austria,
lo que desató la Guerra de
Sucesión Austriaca (1740–1748).
Condujo su ejército a la victoria en Mollwitz (1741)
y Chotusitz (1742).
En el Tratado de Breslau,
María Teresa se vio obligada a entregar el territorio de Silesia exigido por
Prusia. Federico consiguió la Frisia oriental en 1744,
tras la muerte del gobernante sin herederos de dicho principado, y en 1745 logró
otra victoria contra Austria, que terminó con la Paz de Dresde, que aseguraba a Prusia la
posesión de Silesia.
La
rivalidad austro-prusiana degeneró en la Guerra de los
Siete Años (1756–1763),
en la que Prusia, aliada con Hannover, hizo frente con éxito a la coalición
constituida por Austria, Sajonia, Rusia yFrancia. La mayor organización y disciplina
del ejército prusiano le permitió resistir a enemigos superiores; pero habría
perdido la guerra, de no ser por la llegada al trono ruso de Pedro III,
cuya admiración por Federico le llevó a retirar a Rusia de la guerra (Paz de Hubertusburgo, 1763).
Aunque ésta no le otorgó nuevos territorios a Prusia, sí la reafirmó en sus
recientes conquistas.
En
lo sucesivo, Federico siguió una política exterior limitada a la defensa del
equilibrio europeo. En 1772, participó con Austria y
la Rusia de Catalina la Grande en
el Primer reparto de
Polonia, a cambio de no obstaculizar las ambiciones territoriales de
estos dos países sobre el debilitado Imperio otomano. Prusia obtuvo así un
territorio que unía la Prusia Oriental con Pomerania y Brandeburgo. La Guerra de
Sucesión bávara, que nuevamente enfrentó a Prusia con Austria, trajo
el Tratado de Teschen de
1779, por el que Prusia obtuvo los principados franconios de Baviera y Austria se quedó con una parte
de la Baja Baviera.
En 1784,
organizó una Liga de príncipes alemanes para salvaguardar el statu quo en
las Provincias
Unidas frente a las ambiciones de Baviera.
Administrador y «Rey Filósofo»
La
corte de Federico con Voltaire.
Federico
supervisaba la labor de sus funcionarios y les exigía el estricto cumplimiento
de su deber. Durante su reinado aparecieron nuevos métodos agrícolas e
industriales. Se desecaron marismas, que proporcionaron nuevas tierras para el
cultivo y la colonización. En 1747 promulgó un código
legislativo, el llamado Código de Federico.
El
gran desarrollo de la industria prusiana y un fuerte incremento poblacional
hacen pasar al país de 2,5 millones de habitantes al comienzo de su gobierno a
6 millones al final. Dotó a Prusia de un formidable ejército de 200,000
hombres, perfectamente adiestrados y equipados, que supo utilizar en el momento
oportuno, además de redactar él mismo las Ordenanzas para la milicia. Fundó
en 1765, en Berlín, el Banco Real, que estableció
filiales en todo el reino. La creación de una Federación de príncipes demostró su
eficacia al finalizar la amistad con Rusia, ya que Austria no logró
beneficiarse del debilitamiento prusiano, y sirvió de base al papel central de
Prusia en Europa a finales del siglo XIX.
Negó
que la monarquía fuese dada por derecho divino y fue un gran protector de la
ciencia y de la cultura, a las que impregnó de influencias francesas: refundó
la Academia de Ciencias prusiana, apoyó a escritores y artistas y sancionó la
obligatoriedad de la enseñanza primaria. Sin embargo, no abolió la servidumbre
para no debilitar a la nobleza, que constituía la casta dominante que hacía
funcionar eficazmente la administración y el ejército. En el Palacio de Sanssouci en Potsdam, Federico tenía su corte, mantenida
austeramente, donde recibía a Voltaire y Johann Sebastian Bach.
Rechazó la cultura alemana, hablaba francés en la corte, era flautista y
escribió obras para este instrumento. También fue escritor; uno de sus escritos
más relevantes fue Historia de mi tiempo, uno de los mejores
trabajos en su género. Escribió versos y ensayos; sus obras fueron publicadas
en 30 volúmenes entre 1846 y 1857.
El rey masón
Según
la leyenda masónica del grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado fue el
"Soberano Gran Comendador, Gran Maestro Universal y Conservador de la
Antiquísima y muy respetable sociedad de antiguos Masones o Arquitectos
Unidos", es decir, de la Masonería. Hasta el momento no hay nada concreto
que lo demuestre, y de hecho, existen pruebas que más allá de beneficiar a esta
historia solo la desmienten.
Según
la leyenda del grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Federico se
propuso asegurar y reunir en un solo cuerpo de masonería a todos los ritos del
Régimen Escocés existentes, tales como: Rito de Heredom, Rito del Oriente del
Kilwining, Rito de San Andrés, Rito Templario, Rito de los Emperadores de
Oriente y Occidente, Rito de los Príncipes del Real Secreto o de Perfección,
Rito Escocés y Rito Primitivo. Esto difiere de la realidad, puesto que muchos
de estos ritos siguen existiendo y están alejados de las jurisdicciones del
Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
Para
tal obra ficticia se dice que promulgó las grandes constituciones de 1786 y
declaró para siempre reunidos en una sola orden las puras Doctrinas de la
Masonería del Rito Escocés
Antiguo y Aceptado de 33 Grados: El primer grado sometido al
segundo, éste al tercero y así sucesivamente hasta el 33, de Soberano Gran
Inspector General, el cual inspeccionará, dirigirá y gobernará todos los otros.
El
cuerpo o reunión de miembros poseedores de este grado formarán el Supremo
Consejo, quien será el conservador de la Orden. Asimismo Federico II dispuso
que, después de su muerte, el poder supremo que hasta entonces le había sido
conferido, se transmitiera, en cada país o nación donde no los hubiera, a un
Supremo Consejo.