sábado, 3 de abril de 2010
Respalda el parlamento masónico al Gran Maestro
LA HABANA, Cuba, 30 de marzo, (Gustavo Pardo Valdés, http://www.cubanet.org/) -El domingo 28 de marzo se efectuó en el gran salón de actos “Benito Juárez” de la Gran Logia de Cuba la asamblea anual ordinaria del Parlamento masónico, también conocido como “Serenísima Alta Cámara”.
Esta reunión había generado numerosas expectativas entre algunos de los miembros de la masonería quienes pronosticaban que la misma sería matizada por la turbulencia en los debates, considerando que en la ella habría de discutirse el Decreto 890 mediante el cual el Gran Maestro José Ramón González Díaz, ponía a disposición de la Corte Suprema de Justicia Masónica al ex Gran Maestro, José Manuel Collera Vento; al ex Gran orador, Ariel Pérez Lago y al Maestro de la logia “Lux y Constancia”, Francisco Díaz Olivera.
La sesión se inició a la hora establecida en los reglamentos de la Gran Logia, con el pase de lista de los asistentes. A continuación se interpretaron las notas de los himnos Nacional y Masónico.
Al ponerse a la consideración de los asambleístas la aprobación de los decretos emitidos por el Gran Maestro entre los meses de septiembre de 2009 a marzo de 2010, todos fueron aprobados por unanimidad, excepto de decreto 890 que había sido impugnado por uno de los presentes en la reunión.
El Gran Maestro abrió el debate sobre la impugnación del decreto antes citado, el cual, puesto a votación, resulto aprobado por una mayoría aplastante de los presentes en la Cámara.
El resultado de esta votación fue interpretado como un espaldarazo de la Masonería de Cuba a la política que desde su toma de posesión ha seguido su Gran Maestro, marcando este acontecimiento el fin de una era y el inicio de otra en la que la Gran Logia ira retomando su tradicional espíritu democrático y fraternal de unidad en la diversidad.
El gobierno de la Gran Logia de Cuba está basado en un sistema parlamentario unicameral, compuesto por un representante de cada una de sus logias, los ex Grandes Maestros, y sus Grandes Funcionarios.
Este estilo de gobierno masónico es una escuela de lo que realmente es la democracia porque, aunque el Gran Maestro la preside, su función es de moderador en los debates que ocurren en el transcurso de sus reuniones.
Masones experimentados en las lides parlamentarias, afirman que este Gran Maestro posee un pleno dominio del arte de dirigir, caracterizando su actuación en la forma democrática, fraternal y prudente con que dirige las sesiones de un parlamento en el cual prima la pluralidad en las opiniones y planteamientos que realizan los miembros del mismo.
Una Institución cohesionada en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad, puede coadyuvar a la estabilidad, el progreso y la democratización de una sociedad sumida en una irreversible crisis de valores.