Queridos Hermanos:
El solsticio tiene para la masonería el mensaje
primordial de la reflexión individual interna. La tarea que cada persona debe
realizar para establecer el balance entre lo que hizo y dejó de hacer y entre
lo positivo y lo negativo del resultado sus acciones. También, plantea la necesidad
del análisis de las causas para que ello haya ocurrido y finalmente, el
imprescindible examen acerca de la integridad de la conducta. Todo contrastado con
la conciencia, con la voz que cada día, nos indica qué hacer.
Debe ser por la importancia de estas tareas, que el
solsticio es una celebración. Una celebración de la oportunidad de encontrarse consigo mismo, de evaluar lo
acontecido y, sobre todo, de la oportunidad de planificar el desarrollo
individual con la mira puesta en el servicio a los demás.
Hay muchos elementos que deben concurrir en cada persona,
para que las tareas planteadas sean ejecutadas esperando resultado de las
mismas. La voluntad de hacerlo, es la condición inicial imprescindible y
determinante. El definir que el contexto es uno mismo, es fundamental. La
decisión de ser honesto en el examen, es esencial. Y el sentido de esperanza del
tiempo futuro es vital. Junto al convencimiento de que, estas labores deben
hacerse para ser cada día mejor.
El
solsticio es un momento de silencio y quietud que nos desafía a realizar un
análisis individual de lo realizado. Nos
invita a hacer una introspección para reencontrarnos, nos impele a sumergirnos
en nuestra propia oscuridad, para renacer de ella con una nueva luz y con una
visión renovada de nuestra misión en la vida.
Celebremos
este solsticio haciendo estas labores, compartamos nuestra poca o mucha luz con
los hermanos recorriendo juntos el camino de la vida y mantengámonos firmes en
nuestra decisión de construir un hombre mejor y a partir de él conseguir un
mundo mejor.
Saludemos
alborozados el solsticio, porque nos muestra cómo con orden y en armonía con
las leyes del Universo, podemos cumplir con la misión que cada uno tiene en la
vida. Hagámonos inmortales por nuestras obras, dejemos huella en este mundo por
nuestras acciones, trabajemos sostenidamente por ser mejores y por hacer de
nuestro planeta un lugar mejor para todos. Regalémonos, en este solsticio, la
posibilidad de mejorar y continuar nuestro oficio de constructores de la vida.
Mario Raúl Cabrera
Ruiz
GRAN MAESTRO